miércoles, 4 de abril de 2012

SOCIOS DE LOS GATOS:EL AMADISIMO JORGE AMADO

JORGE AMADO: INMARCESIBLE, INCOMPARABLE Y MUY AMADO


Cuando Jorge Amado se murió hace un par de años, la Academia Sueca le quedó debiendo su muy merecido Nobel de Literatura, pero cabe mencionar que el gran novelista brasileño no precisaba dicho premio para ser inigualable, a como no lo necesitaron nuestro vate Rubén Darío ni el ruso Máximo Gorky. Sin embargo, si hay un autor que genuinamente justifica su apellido, ese fue el incomparable autor de Doña Flor y sus dos Maridos y Tieta Do Agreste.
Un 10 de agosto de 1912 vino al mundo en una hacienda de cacao cerca de Bahía, Brasil, Jorge, quien era hijo del coronel Joao Amado de Faria y su esposa Eulalia Leal. Siendo un sonrosado bebé lo llevaron a Ilheus, y ahí aprendió sus primeras letras. Fue a cursar estudios secundarios en la ciudad de Salvador, y ahí fue que aprendió más de la vida que lo que se supone que aprenda un mero adolescente. Posteriormente, fue a estudiar derecho a Río de Janeiro, recibiendo en 1935 el título de bachiller en ciencias jurídicas y sociales. Lo curioso es que desde los 14 años, Jorge ya colaboraba con los periódicos bahianos y andaba en las tertulias literarias, siendo uno de los fundadores de la Academia de los Rebeldes. Entre los miembros de esta agrupación figuran los escritores Joao Cordeiro, Dias da Costa, Alves Ribeiro, Edison Carneiro y Clovis Amorin, entre otros.
A pesar de haber sido bastante ojo alegre en su juventud, protagonista de numerosas correrías que le dieron fama de Casanova, encontró el amor perfecto en la escritora Zelia Gattai, con quien tuvo dos hijos llamados Joao Jorge y Paloma. Zelia y Jorge fueron una de esas parejas que a pesar del correr de los años, siempre parecían novios y compartieron no solo lecho y mesa, sino triunfos como escritores.

Jorge desde su juventud siempre se vio involucrado en actividades sociales y participó en política, siendo de clara tendencia izquierdista. Algunos críticos le echaban en cara su filiación comunista, su ateísmo militante y el hecho de que en sus obras mencionaba en detalle la vida y milagros cotidianos de los pobres y marginados. Para 1945 Jorge fue electo diputado federal por el estado de Sao Paulo, participando en la Asamblea Constituyente de 1946 como miembro del partido comunista brasileño. Jorge fue uno de los responsables de muchas leyes que beneficiaron a la cultura. Jorge además aprovechaba para viajar por todo el mundo, pero tuvo unos años amargos(entre 1941 y 1942)cuando se exilió en Argentina, París(1948 a 1950) y en Praga entre 1951 y 1952.

Decepcionado de la política, Jorge Amado pasó a dedicarse exclusivamente al arte de escribir, destacándose como periodista empírico y escritor de novelas. Finalmente llegó a vivir exclusivamente de los derechos de autor de sus obras, y recibió entre otras condecoraciones el Premio Internacional Lenin en 1951, el Premio Latinidad en París en 1971, el Premio Dimitrov de Literatura de Bulgaria, el Premio Pablo Neruda de la Asociación de Escritores Soviéticos en 1989 y el premio Camoens en 1995. En el Brasil, sus galardones se cuentan por docena. Este hombre sobre quien llovieron preseas jamás perdió la modestia y dicharachería que le caracterizaba desde tiempos en que ingresaba como reportero en 1927 al Diario de Bahía. Siempre preocupado por la situación de los pobres y olvidados, plasmó sus sufrimientos y alegrías en una buena cantidad de obras que hoy están entre las máximas joyas de la literatura. Su primera novela fue titulada Lenita, publicada en 1931 cuando el autor era apenas un muchacho de 19 años. Gabriela Clavo y Canela fue publicada en 1958 y su celebérrima Doña Flor y sus dos Maridos vio la luz pública en 1966. Posteriormente, en 1972 publicó Tereza Batista Cansada de Guerra y cinco años más tarde le siguió Tieta Do Agreste, siendo estas obras las más famosas de un total de 40 opus conocidos. Estas novelas ya mencionadas fueron llevadas a la pantalla grande así como a la televisión, que es a como el público las ha llegado a conocer en gran medida.
En sus obras, Jorge hace las delicias del lector con una combinación de humor, cinismo, y mucho colorido. Todo tipo de expresión popular, así como detalles de la vida cultural y gastronómica de Bahía, aparecen adornando sus relatos. La falta de pudibundez y el hecho de no tener pelos en la lengua para llamar pan al pan y vino al vino le ganaron aplausos de las mayorías a Jorge, pero también el encono de algunos críticos de derecha.

Jorge Amado a lo largo de su luenga vida siempre conservó su buen humor y don de gentes. Supo honrar siempre su apellido de Amado, ya que en la realidad fue un raro caso de profeta en su propia tierra. Amante de los chiquillos y los animales, tenía particular paciencia con los bebés y los gatos que siempre fueron las mascotas predilectas de él y su esposa Zelia, a tal punto que la dedicatoria de Doña Flor reza” a Zelia en la tarde con los gatos”. Jorge además era eximio cocinero, capaz de confeccionar cualquiera de los deliciosos platillos mencionados en sus novelas. Glotón a más no poder, su buena muela a menudo lo metió en aprietos de salud. Al ir perdiendo la vista en la vejez, lamentaba no poder leer y recibía las noticias por la radio. Militantemente ateo, su falta de amor a la religión lo hizo entrar en choque con los sectores más conservadores de la sociedad. Su falta de prejuicios, tanto en su vida cotidiana como en sus novelas, hizo alzar muchas cejas y no faltaron mentecatos que dijeran que Jorge Amado “solo habla de las putas y los ladrones en sus novelas.”

Jorge Amado a lo largo de su vida se ganó el respeto y la amistad de personajes muy importantes. El dirigente indio Jawaharlal Nehru confesaba gozar enormemente leyendo las novelas de este brasileño, y con el colombiano Gabriel García Márquez hubo una buena relación. Kamala Napurdalah, la gran escritora hindú, tomó clases de cocina bahiana para poderle sorprender con un rico plato de buñuelos de pescado que el autor calificó como de “obscenamente celestiales.”

Publicados en 52 países, los libros de Jorge Amado han sido traducidos a 48 idiomas y dialectos, convirtiéndose en el mejor novelista que el Brasil ha producido. Sus ideas políticas hicieron enojar a muchos, y su sencillez le ganaron un cariño que hasta la vez lleva visos de leyenda no solo en Bahía sino en todo el mundo.Es una lástima que la ceguera de la cual ocasionalmente padecen los que otorgan los premios Nobel de Literatura le haya robado a este gran escritor su merecido galardón. Tras haber pasado tantas horas gozando con Jorge Amado y sus inmarcesibles obras, siento una nostalgia inusitada de lo que me perdí al no haberle conocido cuando coincidimos en París a inicios de los 80. Compartiendo con él el gusto por la buena mesa, los gatos y el llamar a las cosas por su nombre aunque el mundo se me venga encima o me manden mensajes regañones algunas viejas pudibundas, siento que hubiéramos tenido una alegre conversación. Para aquellos que le conocimos por entrevistas y sus obras, Amado definitivamente supo hacerle honor a su apellido.

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