miércoles, 4 de abril de 2012

SOCIOS DE LOS GATOS: MEHMET II EL CONQUISTADOR

El Deschincacador de Bizancio; Mehmet II El Conquistador

Uno de los hombres más temidos de todos los tiempos fue el sultán otomano Mehmet II, llamado El Conquistador porque el 28 de mayo de 1453 echó a rodar el trono bizantino al capturar Constantinopla. Sin embargo, pocos saben que este barbudo pelirrojo comenzó la vida con todo en contra suya, y además de gran guerrero fue un poeta con una sensibilidad increíble. Por eso, no es de extrañarse que por amor a él,el voivode rumano Radu Cel Frumos se haya vuelto tan loco de pasión que se convirtió no sólo en su amante, sino en su súbdito sometiendo a Valaquia a su poder.
Mehmet nació un 30 de marzo de 1432 en Adrianopla, producto de la unión del sultán Murad II con una ex sirvienta que acabó siendo esposa suya por el beneficio de haberle dado a su tercer hijo varón. Las madres de los dos varoncitos anteriores eran tufosas damas linajudas que miraban con desprecio a la madre de Mehmet, y el mismo sultán Murad hacía ciertas discriminaciones entre sus hijos "puramente azules" y aquellos habidos con ex esclavas. Murad II se ocupó muy poco de Mehmet en su niñez, a pesar de que el cobrizo niño era extraordinariamente bello e inteligente. El primogénito de Murad II tuvo la mala pata de morirse cuando Mehmet tenía apenas 5 añitos, y en 1443 el siguiente varoncito misteriosamente fue asesinado. A los 11 años, a Murad II no le quedó más remedio que ponerle mente a Mehmet, quien a estas alturas del campeonato ya se perfilaba como su sucesor. Murad II hizo venir los mejores tutores de lo ancho y lo largo de la pelotita del mundo para compensar los años de negligencia, pero Mehmet no desencantó a su papá. Aprendió varios idiomas, historia, retórica, filosofía, literatura y matemáticas con los mejores teachers, y con su padre el arte del buen gobierno. Viendo lo diestro que era el adolescente en el arte de gobernar, Murad decidió tomar cada vez más prolongadas vacaciones dejando a su muchacho con las riendas en la mano.
Una vez mandando, Mehmet mostró algunas de las cicatrices sicológicas que le dejó el abandono de su padre en la primera infancia: desconfiado, centralizaba todo en sí mismo y no dejaba a nadie opinar, además de que no medía las consecuencias de lo que hacía. Muchas veces se precisaba firmeza, y Mehmet no la tenía, y cuando la situación ameritaba clemencia, se tornaba cruel. Las quejas constantes de los ministros atrajeron de nuevo a Adrianopla a Murad, quien quitó a su hijo del trono para asumir nuevamente la responsabilidad él en 1446. Mehmet fue enviado a una especie de exilio combinado con entrenamiento militar acelerado. Cuando Murad II se despidió de este valle de lágrimas un 13 de febrero de 1451, Mehmet ya había recapacitado sobre sus errores y estaba listo para ser un sultán emprendedor. De su padre quedaba un hijo menor que él, y Mehmet concibió la idea de no tomar riesgos. Mientras la mamá del muchachito le felicitaba por su ascenso al trono, el niño era ahogado en las perfumadas aguas de su tina de baño, por supuesto por cortesía de Mehmet. Sagaz como siempre, Mehmet casó a la madre del chico con un funcionario de alto rango a quien mandó al Asia Menor. Ya entronizado, promovió la ley que estipulaba que al ascender al trono un nuevo sultán otomano, debía deshacerse de sus hermanos varones para evitar el riesgo de guerras civiles. Dado que el Islam prohibía la matanza entre hermanos, Mehmet capeó ese escollo añadiendo que el sultán no precisaba eliminar a sus rivales por mano propia.
Desde que subió al trono, Mehmet se sintió obsesionado por Constantinopla. El imperio bizantino le estorbaba como tal, y deseaba incorporarlo a su imperio otomano como una provincia más.
El emperador Constantino XI comenzó a temblar en su trono. De nada sirvió que para 1453 Génova hubiera mandado al general Giovanni Giustiniani Longo a defender al ñoño emperador bizantino, pues el resto de Europa estaba demasiado ocupada en los pleitos de perro de sus reyes como para pensar en Bizancio y su cacareada cristiandad. El 6 de abril de 1453 Mehmet, a quien le picaba la rana por entrar en combate, inició el sitio de Constantinopla. Paciencia, astucia, audacia e ingeniosidad obraron a favor de Mehmet, y en la madrugada del 28 de mayo el destino marcó las horas finales del imperio bizantino. Longo hizo operación cusuco, las campanas tañeron, Mehmet se revistió por última vez de paciencia y luego le cayó encima a la lujosa ciudad. Constantino XI quedó secándose las lágrimas con las cuales rogó al genovés Longo que no se fuera. Al ver la bandera otomana ondeando de una torre, el emperador se quitó su insignia real y colgó los guantes. Los soldados cayeron encima de los habitantes, se hizo un pandemónium y al final de la tarde, Constantinopla ya se llamaba Estambul. Mehmet prohibió a sus huestes que desbarataran la ciudad, ya que él era un hombre sensible que amaba el arte y las cosas lindas.
La caida de Constantinopla le granjeó el apodo del Conquistador a Mehmet II, pero esa no fue su única aventura militar. En 1456, ansioso de expansiones, se fue a la guerra contra los húngaros, pero Janos Hunyadi-quien estaba gobernando el reino húngaro desde 1446 hasta 1453 mientras Ladislao V echaba pelo en el pecho-le enseñó con cuántas papas le hace un guiso al derrotar a las huestes otomanas en Belgrado. Sin embargo, Mehmet II se logró anexar parte de Serbia y casi toda Grecia así como las islas del Mar Egeo. Siempre inquieto, Mehmet II amenazó a Venecia para luego ser repelido en Rodas en 1479 por los caballeros de la orden de San Juan de Capistrano. Tuvo que contentarse con tragarse Otranto en 1480, pero este guapo hombre no tuvo paz hasta que murió en campaña en 1481 contra Rusia.
Mehmet II fue ampliamente conocido como guerrero, pero la realidad es que fue un fino poeta, aficionado de la jardinería y un gran patrono de las artes. Amaba las rosas por encima de todas las flores, y su pasión por los gatos llegó a dimensiones increíbles, siendo la rolliza angora blanca Zita la más malcriada de las micifuces que dormían en su lecho con él. Mehmet II fue muy apasionado como amante, y aunque a veces cortejó a muchachos, siempre prefirió a las mujeres. Mehmet II amó a varias hembras de la especie, con las cuales manufacturó hijos, entre ellos Bayaceto II El Poeta quien heredó su talento artístico, el amor por la jardinería y el trono cuando Mehmet II fue llamado por Alá a dar guerra en el otro mundo. Lástima que Bayaceto II no heredara el talento para el buen gobierno de Mehmet II!
El rival de Mehmet II-el estadista húngaro Janos Hunyadi- también fue padre de rey dado que su hijo Matías con el correr del tiempo sería monarca de los húngaros. El religioso Juan de Capistrano, quien fue el hombre que estaba al frente de las tropas que sacaron corriendo a Mehmet II en Rodas, murió de peste y fue canonizado en 1690 por su lucha contra "infieles otomanos."

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