miércoles, 4 de abril de 2012

LOS SOCIOS DE LOS GATOS: EL SULTAN SALADINO

GRAN DIPLOMATICO, POETA, ESTADISTA, COCINERO Y GUERRERO: SALADINO

Uno de los monarcas que más he admirado en la historia es el kurdo Saladino, quien fue un genuino hombre-orquesta de la Edad Media al estar dotado con una pléyade de talentos y gracias.
Salah-al-din Yusuf bin Ayub-su nombre completo- entró al mundo en 1138 casi por accidente. Era el fruto de los amores de pocas noches entre un guerrero noble kurdo y una de sus sirvientas. Sin embargo, dado que el padre de Saladino no tenía varones con sus esposas, el bebecito fue llevado a casa y criado por su papi con los mejores tutores. El nombre de Saladino en árabe significa "la justicia de la fe", nombre que fue altamente honrado por este macho de la especie.
Aprendió varios idiomas, escribía poesía, leyó de cabo a rabo el Korán y a los 14 años, siendo un menudo pero atractivo mozalbete de ojos negros y piel aceitunada, entró al servicio de su tío Nur-ed-Din, quien era un guerrero árabe muy respetado. Saladino también fue apadrinado por el líder sarraceno Zenghi, quien en 1144 se apoderase de la ciudad de Edessa. Con estos padrinos, Saladino fue aprendiendo mucho del arte militar y al participar en campañas militares entre 1164 y 1169, impresionó favorablemente a todos por su valentía.
En 1169, Saladino sirvió bajo el mando de otro tío, Shirkuh, a cargo de las huestes siria.Shirkuh tuvo la sal de morirse 2 meses después de elevar a su sobrino como segundo al mando. Saladino aprovechó este giro del destino para escalar aún más y logró deponer al mandamás del Cairo, adjudicándose Egipto. En poco tiempo, Saladino mejoró la economía de Egipto y preparó un buen ejército para defender sus conquistas. Luego, en el lapso de 12 años, logró conquistar Damasco, Alepo e Irak. En 1187 tras una batalla de tres meses, se apoderó finalmente de Jerusalén. Para entonces, ya había iniciado las tercera cruzada, en la cual iban los monarcas europeos Federico I de Alemania (Barbarroja), Ricardo I Corazón de León de Inglaterra y Felipe II Augusto de Francia.
Ninguno de los tres monarcas podría con el fabuloso Saladino. Federico se ahogó en el río Saleph tras atiborrarse de langostinos, y su cadáver fue embutido en un tonel de vinagre como talismán para la batalla de Acre, en la cual las huestes sarracenas de Saladino lucieron muy bien. Felipe II Augusto no quiso dejar solo su trono galo por mucho tiempo y fue a Ricardo Corazón de León a quien le tocó negociar con Saladino. De estos encuentros, brotaría uno de los romances homosexuales más estremecedores de la historia.
El rubio Ricardo se enamoró perdidamente de Saladino, y cuando Ricardo casi se muere de una currutaca, fue Saladino quien le guisó unas exquisitas confituras, enviándoselas con duraznos y flores para desearle pronto restablecimiento. Ricardo, temblando de pasión por el oscuro Saladino, acabaría regalándole a una bella gata blanca Manx a su idolatrado rival. Saladino, quien nombró a esta micifuz Firousi (Turquesa en turco), favoreció a la gata entre todas sus mascotas pero no aceptó que Ricardo le ofreciera en boda la mano de su hermana la princesa Juana para el hermano menor de Saladino. Ricardo se regresó a occidente tras amarrar una tregua con Saladino, sin haber logrado mayor cosa por conquistar Jerusalén. Saladino se quedó en Damasco apretando a su gata y suspirando mientras las damiselas de su harén se rascaban la cabeza preguntando a qué se debían los suspiros del monarca.
En febrero de 1193, Saladino como buen creyente del Islam se fue a encontrar a unos peregrinos que regresaban de la Meca. Fue algo que no debió haber hecho, ya que estaba con dolores y fiebre debido a una bronquitis. En pocos días, los pulmones se le llenaron de cantidades navegables de líquido y murió un 27 de febrero de 1193 abrazando contra su pecho a Firousi, la gata chinga que Ricardo le regaló. Nunca se supo qué rumbo tomó la animalita tras ser extricada de los brazos de su socio muerto.
No es de extrañarse la devoción de Firousi hacia Saladino. Este erudito sultán de ojos tristes era un hombre con talento para casi cualquier cosa. Tierno amante de sus mujeres, tuvo un romance breve con Leonor de Aquitania cuando esta reina acompañó a su primer marido Luis VII de Francia en la segunda cruzada. Por uno de esos vuelcos burlescos del destino, posteriormente amó al hijo de ésta, Ricardo. Saladino era un poeta que escribió muchos versos eróticos y religiosos, hablaba varios idiomas, era excelente jardinero y un veterinario aficionado que gustaba mucho de sus animales.
Ciruela, un brioso corcel oscuro que le fue obsequiado cuando ya era sultán de Egipto, fue uno de sus mejores camaradas y su adoración por los gatos fue legendaria. Firousi quizás fue la favorita de la madurez de Saladino, pero antes de ella el soberano tuvo miaus tan amados como Copo de Nieve (un angora mimado que nadaba en la alberca con el sultán), Atrina(una persa malcriada que una vez casi le saca el ojo a una concubina de Saladino) y Manzana(una gorda abisinia que vivió casi 20 años y cuya muerte sumió a Saladino en una llorona de 4 días). Saladino le cantaba a sus mascotas y personalmente alimentaba a sus gatos con confecciones hechas en su cocina por él mismo, ya que era consumado chef.
Su receta de damascos confitados hasta la vez se usa en Turquía. Tenía fama de ser muy caballeroso, galante y buen diplomático, y aunque en Europa le temían, muchos le respetaban enormemente. Cuando murió, hubo misas celebradas en Francia, España, Italia e Inglaterra por el descanso de su alma. Hoy lo recordamos como un perfecto caballero medieval, gran gobernante de ideas progresistas, buen guerrero, adorador de los niños y las criaturitas y su figura me despertó tanto cariño que en 1997 le hice el cuento de terror La Promesa basado en su vida.

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